Sufro ausencia tan grande y descastada
Como un rio que apabulla mis entrañas
Así es como queda mi alma en mis adentros
Solitaria, frágil, tan dañada
El desierto blanco de tu piel ya no transito
Desierto que me ansiaba a buscar el manantial que destilabas en tu cuerpo
La turgencia montañosa de la arena de tu anatomía,
No recorre ya mi vista tan cansada;
Cansada de mirar por largos años un horizonte, vacio, sin sentido y lleno de suspiros
Tu no vuelves nunca; es verdad te fuiste para siempre y yo lo olvido.
Sufro ausencia silenciosa, dolorosa y tan perene
Mortal embate como ola trastornada
Así fue el ímpetu del rio que tu esencia formo en mi comarca
De la cual fuiste la vital presencia
Que a toda ella alimentaba y abundaba
La caricia eterna y buena de tu mano tanto extraño
La quiero aun recorriendo mis cabellos
La sonrisa dulce que me amaba tanto dibujada esta tan adentro de mi pecho
Que ya nunca más podre borrarla, ignorarla o dejar de lamentarla
Porque nunca más la rendirás tan tributaria
A mi existencia enferma, solitaria que la llora
Sufro ausencia tan grande y descastada
lunes, 28 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario