Me torne en un rio seco en un mar desierto
y en un día anegado por la lluvia
que desborda las lágrimas del corazón.
Me convertí en una copia ilegible de una vida feliz,
en la disonancia de la letra más hermosa
y en el silbo de un viento que se aleja.
Me quede como postrado en un suelo calcinan te,
como suspendido en una cuerda que me ahoga
Han nacido cardos nuevamente en mis jardines,
y las flores se han secado, ¡están tan rotas!
Me he soñado en una vereda con ausencia eterna,
he visto sollozar mi vida en gran tristeza
He soñado hasta mi muerte de mil formas
y ni una sola de ellas me lleva a tu presencia
Me volví frio como el hielo, duro como el suelo y enfermo como el desahuciado
Me he visto sentado esperando tu regreso apoyando mi rostro en el silencio
Hoy he vuelto a las tinieblas de una vida oscura que me asusta
Las rosas tiran los pétalos que sangran su color purpura
Y dentro de mi alma el árbol que vivía derrama sus hojas, con lentitud
como entonando El ultimo canto de un alma que vivía
Me vuelvo al pasado que me duele porque esencia se vacía muerta
Me volví al silencio que me enferma
Al dolor que me tortura
A la ausencia eterna de tu vida ajena
jueves, 7 de enero de 2010
NADA LLENA EL VACIO
Nada llena el vacio que tu ausencia me dejo en el alma
No lo llenan flores, risas, ni caricias
No lo llenan ojos, ni sonrisa endulzada
No hay palabra que consuele dicha como tú, mi amada
No hay abrazo verdadero que me calme el ansia
Nada llena el vacio que tu ausencia me dejo en el alma
Ni el cantar del ave ni la mar en calma
Ni silueta hermosa femenina y frágil
Ni siquiera encanto de tan sutil aire
Nada llena el vacio que tu ausencia me dejo en el alma
No lo llena espera de visita anunciada
No lo llena nada, ni mujer enamorada
No hay esencia que anhele tanto tiempo
No hay labio que yo bese y no produzca hielo
Nada llena el vacío que tu ausencia me dejo en el alma
Ah! ¡Espera!, queda algo que lo hace:
Y eso es: ¡nada más que tu presencia amada!
No lo llenan flores, risas, ni caricias
No lo llenan ojos, ni sonrisa endulzada
No hay palabra que consuele dicha como tú, mi amada
No hay abrazo verdadero que me calme el ansia
Nada llena el vacio que tu ausencia me dejo en el alma
Ni el cantar del ave ni la mar en calma
Ni silueta hermosa femenina y frágil
Ni siquiera encanto de tan sutil aire
Nada llena el vacio que tu ausencia me dejo en el alma
No lo llena espera de visita anunciada
No lo llena nada, ni mujer enamorada
No hay esencia que anhele tanto tiempo
No hay labio que yo bese y no produzca hielo
Nada llena el vacío que tu ausencia me dejo en el alma
Ah! ¡Espera!, queda algo que lo hace:
Y eso es: ¡nada más que tu presencia amada!
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