Amada hermana son tus manos la seda que cautiva tersa
Son tus manos el ungüento que me sana
Por sentir de ella la caricia que se vuelve eterna
Espero un tiempo sin espera vana
Esas manos han sanado muchas vidas
Ellas tienen la experiencia hermosa
De ser usadas por el rey divino
Para mitigar dolores y quitar delirios
Amada hermana son tus manos la seda que cautiva tersa
Lo que tocan lo transforman en descanso
Vivo yo siempre esperando que algún dia
Mis tristezas viertas en vuestro regazo
Esas manos que se mueven con gran gracia
Cuando expresan el sentir que a ti te inquieta
Cuando hablas y aconsejas con ternura innata
Yo las miro las contemplo y grito en mis adentros:
¡Manos de mi amiga, yo las quiero tanto son tan bellas!
En tus manos esta escrita una gran historia
La historia de tu vida y de la mia
Cuando juntos encontraron plenos
La amistad tan bella y tan divina
Esas manos han dejado en mi existencia notas
De fragancia dulce y de néctar que me embriaga
Posando yo las mias sobre ellas
Puedo sentir su calidez, su suavidad y su belleza
Se que tus manos pueden desprender gran magia
Crear con ellas si tu quieres gran hechizo
Si tu tocas a mi piel yo me derrito.
Amada hermana son tus manos la seda que cautiva tersa
Quiero yo siempre tenerelas a mi lado
Brindándome el consuelo que me falta siempre
¡Oh preciosas manos que yo amo!
lunes, 28 de diciembre de 2009
SUFRO AUSENCIA
Sufro ausencia tan grande y descastada
Como un rio que apabulla mis entrañas
Así es como queda mi alma en mis adentros
Solitaria, frágil, tan dañada
El desierto blanco de tu piel ya no transito
Desierto que me ansiaba a buscar el manantial que destilabas en tu cuerpo
La turgencia montañosa de la arena de tu anatomía,
No recorre ya mi vista tan cansada;
Cansada de mirar por largos años un horizonte, vacio, sin sentido y lleno de suspiros
Tu no vuelves nunca; es verdad te fuiste para siempre y yo lo olvido.
Sufro ausencia silenciosa, dolorosa y tan perene
Mortal embate como ola trastornada
Así fue el ímpetu del rio que tu esencia formo en mi comarca
De la cual fuiste la vital presencia
Que a toda ella alimentaba y abundaba
La caricia eterna y buena de tu mano tanto extraño
La quiero aun recorriendo mis cabellos
La sonrisa dulce que me amaba tanto dibujada esta tan adentro de mi pecho
Que ya nunca más podre borrarla, ignorarla o dejar de lamentarla
Porque nunca más la rendirás tan tributaria
A mi existencia enferma, solitaria que la llora
Sufro ausencia tan grande y descastada
Como un rio que apabulla mis entrañas
Así es como queda mi alma en mis adentros
Solitaria, frágil, tan dañada
El desierto blanco de tu piel ya no transito
Desierto que me ansiaba a buscar el manantial que destilabas en tu cuerpo
La turgencia montañosa de la arena de tu anatomía,
No recorre ya mi vista tan cansada;
Cansada de mirar por largos años un horizonte, vacio, sin sentido y lleno de suspiros
Tu no vuelves nunca; es verdad te fuiste para siempre y yo lo olvido.
Sufro ausencia silenciosa, dolorosa y tan perene
Mortal embate como ola trastornada
Así fue el ímpetu del rio que tu esencia formo en mi comarca
De la cual fuiste la vital presencia
Que a toda ella alimentaba y abundaba
La caricia eterna y buena de tu mano tanto extraño
La quiero aun recorriendo mis cabellos
La sonrisa dulce que me amaba tanto dibujada esta tan adentro de mi pecho
Que ya nunca más podre borrarla, ignorarla o dejar de lamentarla
Porque nunca más la rendirás tan tributaria
A mi existencia enferma, solitaria que la llora
Sufro ausencia tan grande y descastada
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